El creciente valor social de la tecnología

La tecnología poco a poco se convierte en parte central de la vida de las personas en gran parte del mundo, conquistando todos los espacios.

Su función central es resolver problemas y situaciones cotidianas, o ser parte de un proceso con interacción humana (por ejemplo en una fábrica) o alcanzar determinados objetivos (desde darnos más seguridad al conducir por la carretera hasta llegar al espacio).

Siempre tiene un aura de misterio porque no es grande la población que comprende su funcionamiento aunque disfrute sus beneficios (como llegar al espacio).

cristina y yo

Desde mi experiencia universitaria creo que el propio lenguaje técnico, todo el argot de la ingenieria o la programación, a veces hacen parecer a la tecnología mucho más compleja de lo que es a ojos de la población general.

Por eso también para muchos es inalcanzable e incomprensible, a lo que se suman los aspectos económicos con los costes del mercado. Aunque también es cierto que el desarrollo tecnológico avanza cada vez a pasos más agigantados y en general se vuelve más accesible.

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Y aquí hay tres formas en que las masas la reciben: con optimismo, con pesimismo y con sensación de sentirla ajena, por cuestiones generacionales o económicas.

El optimista simplemente ve el avance, la utilidad y se maravilla con lo que la mente humana puede desarrollar, en cambio el pesimista puede percibir amenaza, deshumanización y perjuicio a las habilidades naturales del ser humano.

Y quienes la ven ajena e inalcanzable la perciben más desde el lugar de espectador o con escaso contacto.

Como ingeniera, la tecnología para mi es una herramienta de trabajo además de algo que pueda disfrutar como usuaria.  Mi contacto con ella puede ser -dentro de lo posible- más neutral.

Sin embargo eso no me impide percibir el enorme valor y potencial social que tiene.

Pero el valor social de la tecnología no radica en la tecnología en sí misma, sino en el trabajo humano e interdisciplinar para la adaptación y la aplicación de las mismas.

Las tecnologías nacen de las ideas, y su uso cambia o se adapta también desde las ideas. La reflexión sobre su uso, sobre la ética, sobre los derechos, y todo lo que se pueda conectar con ella (y con todo en este mundo) nace desde las ideas.

mark qvadis
occulus

El ser emprendedora, el trabajar junto a otras disciplinas como la terapia ocupacional, el poder buscar soluciones desde mi lugar a través de la empatía, refuerza mi creencia de que la tecnología tendrá un verdadero impacto social siempre que sea inclusiva, accesible y transmitida adecuadamente para todos los públicos, sin condicionamientos de edad o nivel educativo.

Este es el ADN de Tilúa y estás son las directrices que seguimos en nuestros modelos de adaptación del hogar y tecnológicas. Poner la tecnología a funcionar adaptándolo a cada persona.

Para llevar esto a las generaciones que están estudiando ahora, que son los profesionales de mañana, y entender con ellos otras realidades trabajamos en el proyecto PIA FP LARA 

 

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